Una experiencia con la comunidad de los estudiantes de Asesores Diagnóstico Clínico y La reserva de Flor del Bosque, en el taller "Hablando el Idioma de los Encionos"
Por: Daniel Pérez Olmedo
El sábado 9 de noviembre de 2019, tuvimos la dicha de trabajar con los estudiantes de la comunidad de Asesores Diagnóstico Clínico. Antes de ello, nos conocimos cuando hicimos el diagnóstico comunitario, un mes antes. Nos encontramos con los estudiantes , compartimos algunos juegos y les preguntamos acerca de su percepción acerca del bosque. Con esos datos, preparamos un día de campamento enfocado a este paradigma. Y es que la visión del ecosistema de estos muchachos, es un reflejo de lo que pensamos la mayoría. Vemos a los bosques como un lugar lleno de fantasía, místico y que se encuentra aveces, inaccesibles. Ademas creemos que es un lugar cubierto de pinos, y solo pinos y nada mas que pinos.
Ya con estos datos, nos pusimos a trabajar para generar un taller que pudiera usar las ideas del bosque e introducir nuevos conocimientos, pero mas importante, conectar nuestro corazón con el corazón del bosque.
Flor del Bosque, actualmente es un parque estatal, que posee varias opciones de entretenimiento y varios juegos temáticos verdaderamente hermosos, pero sobretodo es parte de la reserva de Flor del Bosque. que alberga un pedazo del ambiente originario de la zona, el bosque de encino. Este ecosistemas es el hogar de venados, tlacuaches, cacomixtles, halcones cola roja, serpientes de cascabel, pero también de magueyes, paxtle y musgo entre otros muchos, y reitero muchos, habitantes.
Nos reunimos cargamos la camioneta y partimos a las 8:30 de la mañana de las instalaciones de Asesores. El viaje de ida fue silencioso, incluso con algo de incomodidad, siempre es difícil y mas como adolescente, conectar con personas nuevas.
Llegando nos dirigimos al área de parkour para reconocer la zona. Era imposible ignorar a la Malinche que pinta el paisaje con su imponente altura. También observamos que el avance de la ciudad, prepara sus tropas para invadir al bosque que teníamos a nuestras espaldas, y en ese contraste del grisáceo de la mancha asfáltica y el verdor de nuestro bosque de encino, entendimos que estábamos en medio de una guerra de avance engañosamente lento.
Hablamos de los guerreros de la literatura, esos árboles gigantes, pacíficos, iracundos y listos para luchar por defender su tierra; nutridos en la imaginación de Tolkien. Hablamos de los Ents e Iniciamos nuestro taller.
Las educadoras del parque nos alcanzaron en la puerta de la reserva, y entramos al bosque. Primero, hablamos del suelo, vimos el musgo, registramos huellas y tocamos la hojarasca; hablamos del musgo y las plántulas. Algo único de la educación al aire libre, es que el material didáctico se va revelando en el transcurso de la sesión, si bien la planificación se vuelve poco estricta, los sentidos deben estar alerta y la mente muy abierta. Después hablamos de los eucaliptos. un árbol que llegó para quedarse, hablamos de como es refugio de animales, pero también de sus hojas ácidas y sus raíces que agotan el agua de la cercanía. En la carrera de la supervivencia, el eucalipto suele acabar con la competencia.
Subimos por el cerro, y llegamos al bosque de encino, nos topamos con muchos de estos árboles que nos refugiaron del calor en una bóveda forestal y escuchamos las palabras de Blamir el Ent líder del imaginario del Señor de los Anillos, palabras transportadas por el viento del este que retumbaron en nuestras mentes. También vimos a otros ejemplares como el sabino y hablamos de su relación con el cacomixtle, sobre el comensalismo de las plantas epifitas como el paxtle y de como debemos evitar comprarlo para nuestros nacimientos. Nos topamos cedros, hormigas, avispas, arañas, caca, huellas y otros numerosos habitantes.
Al poco rato, llegamos a un pequeño hábitat del matorral, conocimos al muérdago y como es un parásito de otros árboles. También observamos la erosión y hablamos del cambio de uso de suelo y de la importancia de los árboles para mantenernos frescos y filtrar el agua. Pasadas unas horas de exploración terminamos la visita a la reserva y apenas estábamos a la mitad del taller.
Ahora si empezó el trabajo pedagógico fuerte, donde invocamos la multidimensionalidad de nuestros estudiantes. imaginamos como nuestras raíces se conectaban con el bosque, escuchamos a nuestros corazones y el palpitar de los árboles. Comimos en comunidad, aprendimos sobre los animales del bosque y el flujo de energía del delicado ecosistema, jugamos con barro y nos transformamos en Ents guerreros para defender a nuestro bosque. Hicimos un recorrido a ciegas y elaboramos nuestro himno de guerra. para finalizar al ritmo del tambor y comprometernos con el bosque.
Al final de la jornada nos topamos con la despedida de esta efímera comunidad, los estudiantes demostraron una humanidad que viene de la tierra y se moldea en forma de barro, se ensuciaron, escucharon y hablaron; compartieron mas que la comida y rompieron algunas de las barreras con las que llegamos. El bosque siguió guardando lo mágico pero también entendimos que esta compuesto de muchos árboles, que vive y respira y se enferma, que está en riesgo y que depende de nosotros el poder preservarlo.
El viaje de regreso fue cómodo y en un ambiente libre de la inseguridad que había sido pasajera en el viaje de la mañana. Quedó la promesa de reencontrarnos y hablar de nuestros compromisos.
No nos queda mas que agradecer la oportunidad a Asesores Diagnóstico Clinico, por su apoyo a sus estudiantes, que son los hijos de los que trabajan ahí. Cuando uno entra y ve a las personas que ahí trabajan, es evidente el compromiso a la comunidad, la importancia a lo humano y a las familias. es una empresa con la que nos encantó trabajar y que nos marca los valores que buscamos en las comunidades donde queremos llevar el hormiguero.
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