"Mantis Religiosa, comúnmente llamada campamocha, tatadiós o simplemente mantis, es una especie de insecto.
Se conocen unas 2450 especies repartidas por todo el mundo, pero con especial diversidad en los trópicos.
Su característica más llamativa es la estructura de sus patas delanteras.
La mayoría vive entre la vegetación, en la que se camuflan muy bien. Llega a medir aproximadamente de 6 a 7 cm, con un tórax largo y unas antenas delgadas. Tiene dos grandes ojos compuestos y tres ojos simples pequeños entre ellos. La cabeza puede girar hasta 180º. Sus patas delanteras, que mantiene recogidas ante la cabeza, están provistas de espinas para sujetar a sus presas.
Son animales solitarios excepto en la época de reproducción, cuando macho y hembra se buscan para aparearse. Cuando hay más de un macho cerca de una hembra, éstos se pelean y solo uno se reproduce.
Las hembras son mayores que los machos. En la mayoría de ocasiones, durante y tras el apareamiento la hembra se come al macho.
Pueden ser de color verde o pardo con distintos matices. El color del adulto lo determina el medio en el que habita durante su última muda (por ejemplo, amarillo, si se trata de paja seca, o verde, si es hierba fresca).
Este insecto no es venenoso.
Caza al acecho, permanece inmóvil con las patas delanteras juntas (por lo que parece que está rezando), a la espera de que una presa se acerque. Hay un tipo de arte marcial inspirado en su forma de atacar.
La relación entre la mantis religiosa y el ser humano ha sido un tanto contradictoria ya que, por un lado, ha despertado la curiosidad y la admiración, y por otro suscita la desconfianza y el miedo". https://es.wikipedia.org/wiki/Mantis_religiosa
Foto: Adriana Ma. Flores Pérez, Tenextepec, Puebla.
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